En 1660 en San Juan de Luz, durante la boda de Luis XIV y la infanta de España María Teresa, ya se enamoraron de los finos macarons de Monsieur Adam.
Estos mismos “Pare Gabea” (sin igual en euskera) coronaban las copas de vino blanco servidas en el cabaré de la pastelería Adam a los refugiados rusos, artistas, pescadores bretones y tantos otros que acudían allí a principios de siglo.
En la actualidad, Andoni y Miguel Telleria-Adam desarrollan el negocio que heredaron de su padre Jean-Pierre, manteniendo la tradición e innovando al mismo tiempo en el exigente oficio de la pastelería, la confitería y la chocolatería.